¿Conocernos a nosotros mismos?

martes, 16 de agosto de 2011 | | | |

Muchas personas se preguntan: ¿Qué importancia tiene conocerme a mi misma? ¿Para qué me va a servir? Y es que la mayoría cree que conocerse a fondo solo es útil en el ambiente espiritual, religioso o bienestar personal, pero la verdad es que conocernos bien es la base de todas nuestras actividades, el pilar sobre el que construiremos nuestra vida completa.

Pero, ¿cómo aplicar esto en el ambiente laboral? ¿Sirve de algo? La respuesta es “SÍ”. Desde el momento en que buscamos empleo es necesario conocernos bien, saber cuáles son nuestros ideales, sueños, metas y propósitos, estar consientes de nuestras habilidades, de nuestras capacidades e incluso de nuestro carácter. Mencionábamos, en artículos anteriores, un elemento esencial a la hora de la entrevista y era el llamado “Yo en 30 segundos” esto se refiere a una descripción condensada de nosotros mismos, de quiénes somos, qué queremos y cómo vamos a lograrlo. Es imposible expresar estas realidades en 30 segundos si no tenemos ni una sola noción de quienes somos. Así de importante es conocernos a nosotros mismos pues de esos escasos segundos debemos valernos para entrar en una empresa impresionando y convenciendo de lo que sabemos hacer y lo que somos capaces de alcanzar a favor de la organización.

Cuando ya tenemos algún tiempo de trabajar en una empresa.

Aquí entra en juego otra realidad que influye en el trabajo de una manera excepcional y es algo que Tales de Mileto mencionó sabiamente: “la cosa más difícil del mundo es conocernos a nosotros mismos, y la más fácil hablar mal de los demás”.

¿Han conocido a alguna persona que diga: "en mi trabajo todo es armonía, nunca hay problemas, todos somos como hermanos y de nuestras bocas solo brotan palabras de dulce aprecio..."?

 Lo más probable es que muchos de los problemas que rodean los puestos de trabajo en todo tipo de empresas nazcan de las palabras insensatas de algún querido y apreciado compañero de trabajo, de un jefe o de un subalterno que tras haberlas mencionado se han desatando tormentosas jornadas de trabajo que generan tensión malsana en el ambiente laboral.

¿Pero qué hacer entonces?
La mayoría reacciona instintivamente a estas situaciones de una manera agresiva pagando a los demás con la misma moneda, o bien, sumergiéndose en el pozo de la depresión y de la angustia producido por el estrés. Pero hay que tener claro que: “No podemos cambiar a los demás ni podemos controlar lo que hacen, pero sí podemos controlar nuestra reacción ante el problema”.

Tarde o temprano debemos aprender que: el tiempo odiando al que nos ha hecho daño o el que hemos pasado sufriendo por lo que han causado es “Tiempo perdido”, que podríamos invertir de formas más productivas.

Si nos conociéramos a nosotros mismos, podríamos sacar grandes fortalezas de nuestras debilidades, si conociéramos de qué somos capaces, podríamos convertir momentos de crisis en oportunidades, si fuéramos un poco más sabios dejaríamos de hablar mal de los demás para aprender más sobre nosotros mismos.

El reto, no es fácil, pero no es imposible. ¿Cuándo comienzas?

1 comentario:

Francisco A. Lima dijo...

El mejor consejo para este articulo es leer el libro las "25 Maneras de Ganarse a la Gente - John C. Maxwell", en él explica que primeramente no se pueden aplicar las 25 maneras si no son aplicadas en uno mismo primero, ya que uno tiene que valorarse y quererse,conocerse, en otras palabras actuar con el ejemplo.

Aveces el clima organizacional, el estrés, preocupaciones en la familia, hacen que el trabajador no disfrute sus labores agregándole si trabaja bajo presión, es sin duda una efecto negativo de bajo rendimiento que es traspasado a la otra persona que interactua con ella.

Recomendadamente lean el libro :D es muy bueno

Publicar un comentario