Ventas

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 Factores que te llevan a dar un “si” a las ventas!!!!!!!!



Y tú cuando compras lo piensas antes, actúas por impulso, o por algún tipo de influencia, puedes comprar por diferentes razones, pero que es lo que verdaderamente te lleva a aceptar la propuesta de otra persona y dar el famoso “si” a la compra por lo tanto “si” a la venta, existen diferentes factores los cuales te llevan a dar el “si” entre estos te menciono los mas importantes:

·         Conformidad Social
Pues lo creas o no este es uno de los factores que más influye a la hora de poder vender un producto, pues es la sociedad misma que influye en nosotros desde que vamos creciendo y comenzamos a adoptar usos y costumbres de otros individuos,  pues pensamos que descubrimos lo correcto enterándonos de la opinión que los demás tienen de  lo correcto, por lo tanto también la sociedad influye en nosotros cuando decidimos adquirir un producto pues creemos que seremos mas aceptados cuando actuamos igual que los demás, por lo tanto tendemos a comprar productos por que los demás compran esos productos.
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      Simpatía
Preferimos aceptar propuestas de  alguien que conocemos y que se nos es simpático, y si a ello le agregamos un buen precio se nos hace más fácil vender y comprar un producto. Sin embargo el atractivo físico también juega un papel importante pero si a ello le agregamos inteligencia, la amabilidad, honestidad y habilidad para un vendedor entonces tendremos ante nosotros un perfil completo de vendedor que nos hará comprar lo que nos ofrece.
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       La Autoridad
Es uno de los factores que nos motiva a realizar acciones humanas ya que puede provocar un consentimiento instantáneo en las personas, pues se nos hace pensar que ante una autoridad hay que obedecerle y por ello los publicistas  utilizan este tipo de personajes representativos en los diferentes comerciales para poder influir en la mente del comprador.

…………….Y recuerda solo tu decides cuándo, cómo, dónde y a quién comprar!




NO NACÍ PARA SER VENDEDOR

Muchos tenemos esa idea: “no he nacido para ser un vendedor” ya que pensamos que no poseemos características necesarias para dedicarnos a esa labor, y nos hacemos de la idea que: no tengo el poder de convencimiento, soy muy tímido para conversar con personas desconocidas, no me gusta que me rechacen… y podemos imaginar muchas cosas más. Incluso por estas razones algunos piensan: Estudiaré una ingeniería donde no tengo que vender, estudiaré un doctorado porque no tengo que vender en mi consultorio.

Pero que equivocados están los que piensan de esa manera!!! Todos somos vendedores, quizás no de profesión o de trabajo, pero sí, todos vendemos todos los días.

 Un doctor debe vender su idea a los pacientes de que el medicamento que recetó les servirá a sus clientes y éstos le deben creer. Un ingeniero debe hacer muy bien su trabajo dejar satisfecho al cliente y si es así, éste volverá a solicitar de su servicio.

-          Cuando nos reunimos con nuestros amigos y estamos decidiendo a donde salir, algunos presentan su propuesta y deben vender su idea a los demás de porque es mejor que la idea de sus otros amigos (competencia,) se deben mostrar los beneficios que pueden tener, es decir, sacar lo positivo del lugar para que todos también lo acepten.

-          Cuando se va a una entrevista de trabajo y quiero que me contraten estoy vendiendo mi conocimiento, mis habilidades, mi experiencia para conseguir una aceptación.

-          Cuando estoy hablando con una persona que me simpatiza y se le quiere declarar, se empieza a vender uno mismo, mostrando lo mejor que tiene y dando garantías de la felicidad que se promete, se habla bonito, se vence el temor de hablar para lograr un sí.

 Esto es lo mismo que hacen los vendedores de profesión hablar con las personas, mostrarles el producto, sus beneficios, garantías, hablarles bonito con el fin de animar a los clientes y  lograr un sí, un si lo compro.

Todos de alguna u otra manera somos vendedores, es erróneo hacernos a la idea que jamás venderé. La vida da muchos giros y al final no se puede decir: de ésta agua no beberé, y quizás no todos sabemos como vender muy bien, pero todos debemos ser capacitados para poder hacerlo.

“El aprender a vender es aprender a sobreponernos al perdedor que tenemos dentro”.










¡Las ventas una linda tentación, pero también una pesadilla!



“Que si vamos por un pequeño comprado al mercado”, “que si vamos al centro comercial”, “que si vamos tranquilos caminando por la calle… los vendedores están por todas partes nos persiguen constantemente. Algunos tratan de llamar nuestra atención con frases como: “¿Qué va llevar mi amor?”, “¿Cosita linda desea algo?” que pueden ser irritantes para algunos, pero otros simplemente acosan que hasta nos llegan a infundir miedo, aunque muchas veces contribuyen a despertar en nosotros un deseo por algo que no era necesario, llevándonos a gastar más dinero del que no habíamos planificado gastar, lo que se vuelve en una pesadilla al gastar el dinero que no teníamos que gastar y entonces decimos escurriéndonos de cualquier tipo de culpabilidad: ¡Por qué se me tuvo que atravesar ese “vendedor”!
¿Pero sabes tú que es un vendedor? ¿Qué harías tu si fueras el vendedor y tuvieras que llevar el pan de cada día a tu casa a través de este empleo?
"el término vendedor cubre una amplia gama de puestos. En un extremo, un vendedor podría ser solo un tomador de pedidos, como el empleado de una tienda departamental que atiende un mostrador. En el otro extremo están los buscadores de pedidos, cuya función exige la venta creativa de productos y servicios de todo tipo, como electrodomésticos, equipo industrial, aviones, seguros, publicidad y servicios de consultoría, además un vendedor puede tomar diferentes nombres según el sector o la cultura de la compañía, puede ser: agente comercial, representante, ejecutivo de cuenta, ejecutivo de ventas, etc. Según Kotler y Armstrong definen al vendedor como "la persona que actúa a nombre de una empresa y que realiza una o más de las siguientes actividades: búsqueda de prospectos, comunicación, soporte y obtención de información",
Aunque muchas veces nos llegamos a cansar de que saturen nuestra vista con publicidad entregando afiches, hojas volantes, llamándonos  por teléfono, visitándonos en nuestra casa, siguiéndonos cada paso que damos, pues todo tipo de vendedores los encontramos por todos lados, pero quizá nunca nos hemos puesto en el lugar del vendedor, estos viven de ello, y si no venden se quedan sin trabajo, hay que aprender a valorar el trabajo de los vendedores, atiéndelos cada ves que puedas, no les cierres las puertas, y si no compras el producto o servicio que ofrecen diles amablemente que “no” y regálales una “sonrisa” pues contribuirás a hacerles saber que su trabajo vale la pena, y comprenderán que no compraste  porque no necesitabas el producto o no tenias dinero para comprarlo.
Su preocupación número uno es cumplir con las metas establecidas por su empresa para poder recibir un poco más de dinero como salario y llevar más satisfacciones a su familia, pero veamos más allá de las persecuciones irritantes o de los momentos agradables que puedan ofrecerles a los clientes, sus esfuerzos incluyen horas de pie, olvidarse del cansancio para tratar de ser amable con todos los clientes (por lo desesperantes que pueden ser algunos), ser pacientes, tratar de darle una solución a lo que necesita o desea el cliente, no frustrarse si no pueden cerrar una venta… etc.
Recuerda ver al vendedor como un amigo, que si bien algunas veces te aturde, otras muchas más te atiende y te ayuda a encontrar lo que necesitas. Hagamos un ejercicio: si estás leyendo esto tal vez estás rodeado de cosas propias, quizá estés en tu casa o tu oficina, mira a tu alrededor mira tus cosas y pregúntate ¿Cuántas cosas de las que tengo no las compre? ¿Cómo llegaron a mis manos? Y encontraras que muchas de ellas (por no decir que todas) un día estuvieron en las manos de un vendedor que te ayudó a encontrarlas.
Y Recuerda "Que detrás de una gran compra, esta un gran vendedor."














No me quieren comprar!!!



En este nuevo siglo todo evoluciona aceleradamente, la tecnología avanza a diario y con ella la vida cotidiana es facilitada por miles de nuevos productos, nuevos servicios que están más cerca de los clientes y están más al alcance de ellos que alguna vez lo estuvieran antes. Pero esos cambios también demandan una eficiencia exagerada por parte de las empresas pues en medio de todos los nuevos productos existentes y los que surgen y pululan en el mercado mundial deben mantener sus ventas asegurando a los clientes que su producto es el mejor en comparación con la competencia. Surgen nuevas formas de hacer negocios, en la web se abren nuevas páginas de “compra aquí lo que necesitas” todos los días y la oferta aumenta tanto como la demanda.

Pero la cultura tecnológica aun no está en su apogeo, muchos aun dudan a la hora de hacer una compra por internet y a pesar de encontrar el producto que precisamente necesitan vacilan en tomar su tarjeta de crédito y dar un clic sobre el botón de “comprar”.

Hay nuevas empresas que tienen mucho éxito al vender sus productos u ofrecer sus servicios en línea, mientras que otras empresa más antiguas no logran posicionarse en el mercado cibernético, sea porque sus clientes son de edad avanzada y no confían en la tecnología, no tienen acceso a ella o simplemente prefieren ir al establecimiento a elegir sus productos. La verdad es que las ventas a través de internet poseen varias ventajas para el comprador. Por ejemplo, ¿Quién se iba a imaginar que podía encontrar a miles de kilómetros de distancia aquellos zapatos soñados que tanto deseaba? ¿Quién se hubiera imaginado que aquel libro que pidió en una página web española ya está en sus manos? La inmediatez de respuesta es increíble y el trabajo de los correos a nivel mundial nos sorprende también continuamente. Pero ante estas ventajas podremos confrontar unas desventajas que desalientan a otros.

Hace poco una persona necesitaba comprar un artículo para computadora, investigó sus propiedades y especificaciones, averiguó su precio y costo de envío pero antes de comprarlo se detuvo y pensó en dos cosas: ¿Y si cuando lo recibo no es el que yo necesitaba y el que yo pedí?  Y la segunda: ¿Y si lo único que adquiero con esta transacción es una preciosa estafa? Estas interrogantes lo hicieron desistir.

Cuantas veces nos ha tocado a nosotros enfrentarnos a situaciones similares en las que vemos nuestras necesidades pero el miedo nos gana y nos obliga a rebuscar un producto en el mercado local mucho más caro de lo que se ofrecía en la web…
Estas circunstancias de indecisión solo hacen que el empresario grite desesperado al revisar sus pedidos vía internet ¡NO ME QUIEREN COMPRAR! Y es cuando debe comenzar a trabajar a desarrollar una imagen completamente confiable y profesional que garantice 100% de la llegada de los pedidos a las manos de los compradores. Esto puede ayudar a disminuir ese “pánico al clic” pero lo que sí va lograr disiparlo para siempre serán los comentarios y referencias de los mismos compradores.

Vemos que comprar es más fácil que salir de nuestras casas hacia un centro comercial, entrar en una tienda, buscar el producto, lidiar con un vendedor y tomar la decisión de compra, pero la verdad es que para el que quiere vender se torna todo más difícil, gestionar una venta por internet es más difícil aquí no estará la voz amable e insistente del vendedor ni la apreciación directa del producto aquí estará solo lo que se ve, lo que se garantiza y el resultado.
En nuestras manos solo queda el asegurarnos bien de lo que compraremos y donde lo compraremos y simplemente: perdamos el pánico a un clic.